La excursión de nuestras vidas Hay días que empiezan como cualquier otro… pero terminan grabados para siempre en la memoria. Este fue uno de esos. Cada uno salió desde su casa con una mochila cargada de ilusión, de nervios, de expectativas. Nos encontramos en Santander, como piezas de un puzzle que solo encaja cuando estamos todos, profes y compañeros. Y allí, sin previo aviso, sorprendimos a nuestra querida profe Luisa con una banda sonora especial: una canción, una sonrisa, y ese gesto que hablaba de agradecimiento y cariño sin necesidad de palabras. Desde allí, con paso decidido y corazones valientes, fuimos caminando hasta el planetario. Entre risas, confidencias, y algún que otro comentario brillante del alumnado (¡menudo nivel de conocimientos!), descubrimos el universo. Estrellas, constelaciones… y hasta un carro de Manolo Escobar que apareció, como por arte de magia, para recordarnos que el saber no entiende de normas ni de límites. Antes de entrar, almorzamos. No solo comida: ...